jueves, 28 de enero de 2010

DESNUDANDO LA VIDA I


Desnudando la vida I

Nadie regala nada,
eso lo entendí enseguida,
mirando las muñecas, siempre de otras
y los cuartos con papel pintado en las paredes,
donde nunca dormí.

Todo tiene precio, hasta el amor.

He pagado cada gota de mar con lágrimas,
no me quejo,
no pretendo abrir las venas del recuerdo
y ahogarme en la hemorragia,
que bastante sangre doné ya,
solo, necesito limpiar los aljibes
de tanto lodo acumulado,
abrir las ventanas y ventilar el albergue,
puede que el desbroce, salpique el credo de alguien,
pero habrá de santiguarse o rezar un rosario,
si la polvareda le molesta.

Mañana empezaré a purgar la paciencia