lunes, 10 de mayo de 2010



Después de las emociones vividas el pasado día seis, con la resaca de tantas felicitaciones, merecidas o no, aún fresca en la memoria, vuelvo al taller de sueños.
Ante todo, quiero dar las gracias a tres AMIGOS, que se acercaron desde Madrid para acompañarnos en la presentación del libro, verlos allí fue una agradable sorpresa, su presencia hizo que me sintiese mas segura y arropada por su afecto.

Gracias Jesús,
Gracias Carmen.
Gracias Nunci.


El día después

El día después
dejaré colgadas las voces
en el tendal de los sueños,
emigraran las golondrinas de la solana
y regresaré sedienta,
sin mirar atrás,
buscaré en los bolsillos,
aplausos y pláceme
para guardarlos en el cajón desastre,
cubiertos de pétalos marchitos,
confinare también la vanidad
que baila insumisa en la memoria
amenazando desbordar la lucidez.
El día después
volveré, proletaria de las letras
a tejer ilusiones, en el telar de un verso

6 comentarios:

Jesús Arroyo dijo...

¿¿¿Arropada??? ¿Hemos sido bufanda? Así decía yo que hacía un calor...
Conchi:
Si todas las personas del mundo poético fueran así, tan sencillas como eres, me iría al fin del mundo con tal de estar es su compañía y que se me pegara algo.
Besazos, guapa y, ya sabes, nunca pares de escribir.
¡Contigo!
Besos.

Marisa dijo...

Me alegra que la presentación fuese todo un éxito.

Muchos besos.

carmen jiménez dijo...

Mi Conchi querida: Son versos como éstos los que me descubrieron tu grandeza personal, más allá o conjugada, lo mismo da, con tu grandeza poética. Guarda estos versos para tu próximo libro. Allí estaré de nuevo para aplaudirte. Fue un lujo poder asistir a ese acontecimiento y poder compartir la alegría de ver a dos poetas amigas recitando sus poemas en uno de los lugares emblemáticos de Valladolid. Merecida presentación para un gran libro.
Besos y más besos. Y gracias por recibirnos con los brazos abiertos.

Anónimo dijo...
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Jesús Arroyo dijo...

http://iiiencuentropoesiaenred.blogspot.com/
Entada para confirmar asistencia.

irene dijo...

Qué envidia me da cuando leo poesías como esta, y qué impotencia no ser capaz de escribirlas.
Precioso poema, Conchi, un beso.